México es un país megadiverso, con 68 pueblos indígenas cada uno con sus propias lenguas, tradiciones y formas de vida. La cultura mexicana está profundamente marcada por una historia de sincretismo religioso, donde el catolicismo se mezcla con prácticas tradicionales e idolatría. Solo el 7.9% de la población se identifica como evangélica.

En las últimas décadas, México ha visto un creciente movimiento progresista, especialmente en áreas urbanas y entre las generaciones jóvenes, impulsando el matrimonio igualitario y la despenalización del aborto en varios estados. 

Además, ha habido un aumento en la identificación como agnóstico, ateo o no religioso, reflejando una sociedad más secular y pluralista. Este cambio se refleja en la educación, los medios de comunicación y las redes sociales, facilitando la difusión de ideas progresistas.